Cada 23 de agosto se celebra el Día Internacional del Guanaco, una jornada destinada a poner en valor a este camélido sudamericano, emblema de los ecosistemas áridos y semiáridos de Argentina y otros países de la región. En la provincia de Buenos Aires, uno de los lugares donde aún se lo puede observar en libertad es en las Sierras de la Ventana, donde su figura elegante se integra al paisaje serrano como testimonio vivo de la fauna autóctona.
La presencia del guanaco en la región tiene un valor histórico y ecológico singular. Se lo puede ver en pequeños grupos que recorren las laderas y pastizales serranos, recordándonos que este espacio natural conserva una riqueza biológica que trasciende lo geológico y lo paisajístico. El Parque Provincial Ernesto Tornquist y las laderas del Cerro Tres Picos y Cerro Naposta, se han transformado en uno de los refugios más importantes para su conservación en Buenos Aires, siendo el guanaco una especie que alguna vez se expandió de manera mucho más amplia por la llanura pampeana.
El guanaco es un animal social que suele desplazarse en manadas organizadas, compuestas por un macho dominante, varias hembras y sus crías, aunque también existen grupos de machos jóvenes y ejemplares solitarios. Su dieta es herbívora y se compone principalmente de pastos, arbustos y hierbas. Al ser un rumiador, está adaptado a aprovechar al máximo los recursos disponibles en ambientes áridos o de escasa productividad vegetal, lo que le otorga una extraordinaria capacidad de supervivencia.








Además, es un corredor ágil y veloz: puede alcanzar velocidades de hasta 60 km/h, una estrategia que en la naturaleza le permite escapar de depredadores. Sus grandes ojos, situados a los costados de la cabeza, le dan un campo visual amplio y lo mantienen siempre alerta.
El guanaco (Lama guanicoe) es el mayor de los mamíferos silvestres de la Argentina continental. Pesa entre 90 y 140 kilos y alcanza hasta 1,20 metros de altura en la cruz. Su pelaje es espeso, de tonos marrones y beige, con una zona ventral blanca y un hocico más oscuro. Está perfectamente adaptado a climas extremos: su lana le protege tanto del frío serrano como de las altas temperaturas del verano.
Otra de sus características notables es su capacidad de adaptación a distintos hábitats. Puede encontrarse desde el nivel del mar en la Patagonia hasta zonas de altura en los Andes, y en ambientes tan diversos como la estepa, el monte o las sierras bonaerenses.
Hoy, el guanaco es considerado una especie de gran importancia ecológica y cultural. Su rol como herbívoro clave ayuda a mantener el equilibrio de los pastizales y matorrales donde habita. En las Sierras de la Ventana, su preservación se ha convertido en un símbolo de la defensa del patrimonio natural, en un entorno donde conviven la historia geológica milenaria, la memoria de los pueblos originarios y la biodiversidad de la región.
El Día Internacional del Guanaco nos invita a reflexionar sobre la necesidad de proteger no solo a este animal, sino también a los ecosistemas que lo sostienen. Visitar las Sierras de la Ventana y tener la oportunidad de verlos en libertad es un privilegio que refuerza la conciencia sobre la importancia de conservar la naturaleza para las generaciones futuras. En este rincón bonaerense, cada silueta de guanaco recortada contra el horizonte serrano es un recordatorio de la vida silvestre que resiste y que merece ser celebrada.
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